Me pesan las caderas
Las piernas
Dos rodillas
Las medias
La bufanda
tres ojos
Las orejas
Me pesa
Hasta mi aliento
Mi nariz y mi boca
Me pesa
La camisa
El pantalón
La enagua
De tanto
Tanto peso
Me voy anestesiando
Y quiero
Despertarme
Entonces
Lentamente
Comienzo
A desmudarme
Ahora
desmudada
Me armo
Desde adentro
De a poco
Y con empeño
inauguro
el rescate.
Ade
A unos les gusta el alpinismo. A otros les entretiene el dominó. A mí me encanta la transmigración. ...una cosa es mirar el mar desde la playa, otra contemplarlo con unos ojos de cangrejo... Por eso a mi me gusta rumiar la pampa y el crepúsculo personificado en una vaca, sentir la gravitación y los ramajes con un cerebro de nuez o de castaña, arrodillarme en pleno campo, para cantarle con una voz de sapo a las estrellas. Oliverio Girondo
sábado, 19 de julio de 2008
El hombre extraño - Silvio Rodriguez
Dedicada a Ivanov que me la hizo conocer
Era extraño aquel hombre,
o por tal lo tomaron,
porque besaba todo
lo que hallaba a su paso.
Besaba a las personas,
al perro, al mobiliario
y mordía dulcementel
a ventana de un cuarto.
Cuando salía a la calle
le iba besando al barrio
las esquinas, aceras,portales y mercados,
y en las noches de cine(también las de teatro)
besaba su butaca
y las de sus costados.
Por estas y otras muchas
los cuerdos lo llevaron
donde nadie lo viera,
donde no recordarlo,
y cuentan que en su celda
besaba sus zapatos,
su catre,
sus barrotes,
sus paredes de barro.
Un día sin aviso,
murió aquel hombre extraño
y muy naturalmente
en tierra lo sembraron.
En ese mismo instante,
desde el cielo,
los pájaros
descubrieron que al mundo
le habían nacido labios.
Silvio Rodriguez
Era extraño aquel hombre,
o por tal lo tomaron,
porque besaba todo
lo que hallaba a su paso.
Besaba a las personas,
al perro, al mobiliario
y mordía dulcementel
a ventana de un cuarto.
Cuando salía a la calle
le iba besando al barrio
las esquinas, aceras,portales y mercados,
y en las noches de cine(también las de teatro)
besaba su butaca
y las de sus costados.
Por estas y otras muchas
los cuerdos lo llevaron
donde nadie lo viera,
donde no recordarlo,
y cuentan que en su celda
besaba sus zapatos,
su catre,
sus barrotes,
sus paredes de barro.
Un día sin aviso,
murió aquel hombre extraño
y muy naturalmente
en tierra lo sembraron.
En ese mismo instante,
desde el cielo,
los pájaros
descubrieron que al mundo
le habían nacido labios.
Silvio Rodriguez
jueves, 17 de julio de 2008
Demasiado dulce, es excesivo
De chocolate
De frutilla
De vainilla con menta
De dulce de leche pastelero
De caramelos de naranja
De tartas a la crema
De panqueques con un toque de rhum
De manzanas azucaradas
De dulce de cerezas
Era
Su
Piel
Empalagosa
Ade.
De frutilla
De vainilla con menta
De dulce de leche pastelero
De caramelos de naranja
De tartas a la crema
De panqueques con un toque de rhum
De manzanas azucaradas
De dulce de cerezas
Era
Su
Piel
Empalagosa
Ade.
miércoles, 16 de julio de 2008
Con botas de bambú
Atravesada. Así corría con sus botas de bambú. Medio derecha, medio inclinada. Traspasaba el costado de la esquina. Era evidente, que sus piernas viraban para otro lado. Ladeada, atravesada, feliz, proseguía cubriendo dinteles desprovistos de alas. Atravesada con botas de bambú, cantaba por los patios y aullaba en las orillas. Eso si, nunca dejaba de atravesarse. Era su manera de andar y encenderse. Atravesada, con surgentes y flamantes suelas de espinillos de campo, iba por los espacios, cubriéndolo todo, magníficamente con su atravesamiento nato.
Ade
Ade
martes, 15 de julio de 2008
Feliz...
Felizmente
sentado
en un sillón
Se rasco
con ganas
las orejas
Las tironeó
un poco
Les dio aire.
Ahora
Bien
Dispuesto
Colocó
Un tapón
En sus oídos
Así partió
Sin resonancias
Sin ruidos
Pululantes
Escuchando
Sólo
Algún
Venteo.
Que
Feliz
Fue
Por
Un rato
Sin
Sonidos.
Ade
sentado
en un sillón
Se rasco
con ganas
las orejas
Las tironeó
un poco
Les dio aire.
Ahora
Bien
Dispuesto
Colocó
Un tapón
En sus oídos
Así partió
Sin resonancias
Sin ruidos
Pululantes
Escuchando
Sólo
Algún
Venteo.
Que
Feliz
Fue
Por
Un rato
Sin
Sonidos.
Ade
domingo, 13 de julio de 2008
Py
La señorita Py, podía conseguir cosas, compulsivamente. Amaba la vida, compulsivamente. Se llenaba de nostalgias, compulsivamente. Arañaba estatuas, compulsivamente. Lloraba moqueando, compulsivamente. Vivía orgasmos, compulsivamente. Atormentaba su alma, compulsivamente. Saltaba adoquines, compulsivamente.
La señorita Py, era Py compulsiva.
Ade
La señorita Py, era Py compulsiva.
Ade
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