jueves, 28 de mayo de 2009

Horizontes pulposos

Y columpiándose en la rama del jardín de las contrariedades, canto. Y buscando, porque así lo había decidido, buscó
Con una pala, no demasiado grande ni demasiado angulosa, comenzó a remover la tierra del jardín sin rancho. Cada tanto miraba el horizonte. Y con la tierra seca vestida de pasiones húmedas y desencuentros húmedos, juró que sus dedos de estaño encontrarían en el infinito de tanta humedad lo que había perdido.
Cuando con los dientes subterráneos de pecados estaba por atrapar la ausencia, justo en ese momento, volvió a levantar la vista. Horizontes pulposos se acercaban. Entonces sintió como unos tentáculos buscaban lo que ella no podía encontrar. Mientras, las culpas huían por el jardín de los desacuerdos.

Ade

domingo, 24 de mayo de 2009

Postal Urbana de la cotidianeidad

Se me engancho el poncho en el cordón de la vereda con agujeros; ahora ando desabrigada por la vidurria. Quiero mi poncho.
La señora de campera roja camina apurada para ganarle la pulseada al frío de la mañana.
Los perros, organizadamente, levantan la pata y mean murales en sepia en las paredes del barrio.
El mercadito de la vuelta bosteza la persiana.
Las vecinas madrugadoras aguardan el comienzo de un día más. Las bolsas a rayas emiten los sonidos del color. Al compás del parloteo mañanero, danzan.
Al llegar a la esquina el colectivo abre la boca y me invita a que suba. En una brusca maniobra el chofer logra desparramar las monedas por el piso. Las junto y las introduzco en la máquina, la magia convierte al metal en un papel blanco con letras negras que dice: 1,10.
Las ventanas de las casas miran curiosas porque deben saber adonde quedaron las partes que perdí de mi poncho.
El sol seduce. Los árboles siguen desnudándose aunque haga frió.
En una esquina cinco guardapolvos blancos cuelgan las mochilas sobre sus espaldas y cinco pequeñas bocas humean.
Es la mañana, es un día más, es la rutina que a veces cambia aunque parezca estática. Es un pequeño tramo en la partuza de horas, de las veinticuatro que dura el día.

Ade