domingo, 8 de agosto de 2010

Él

Podía embalsamar palacios en el aire
Podía mantener la rígida moldura
Podía sonreír y estudiar tu estructura
Podía hacer valer su lealtad y respeto
Podía dibujar sonidos en la noche
Podía hacer vibrar las manos, el esqueleto
Podía consumir monumentos de sueños
Podía ir besando los perros en la calle
Podía estrictamente mantener la distancia
Podía con un beso hacer bajar la luna
Podía calentar al sol de primavera
Podía y él sabía abrazar mi cintura.

Ade