viernes, 9 de mayo de 2008

con flores de lavanda

El día que yo muera, vos sostendrás mi mano; y ante lo irremediable me vestirás de azul. Colocarás mis palmas hacia arriba, en posición de entrega. Peinaras mi cabello, ahora largo, o los modelarás con gel, si decido cortarlo.Pintarás mis labios color rosa pálido, ese que me gusta tanto.Delinearas mis ojos, maquillarás mi rostro dibujando estrellas en mi frente.Cubrirás mi cuerpo con flores de lavanda. El día que yo muera, será menos tu angustia, mi recuerdo será una ola rebelde convertida en espuma. Visitarás mi tumba, cubierta en tulipanes de variados colores. Recordarás mi risa, olvidarás mis lágrimas. Y ahora ya serena me alejaré de a poco y una suave sonrisa dibujaré en tu rostro.
ade viegas l.

jueves, 8 de mayo de 2008

Pancartas a destiempo

Buscando en otros tiempo tropecé:
Con miedos a plazo fijo, congelados
Avalancha de emociones sin criterios
Caudal de lágrimas acurrucadas en mi panza
Agasajos de locuras
Pancartas a destiempo, que provocan angustias
Felicidad de a ratos
Niebla en noches frias
Caramelos y papel de caramelos en la cartera
Carteras desordenadas, sortilegios de un caos
Esperanzas que duelen en propuestas mentidas
Un átomo de luz, acompañando algún sueño
Caída libre, sin apoyar las manos
Andamiajes oxidados de algún parche suelto
Montón de dijes en ojos imposibles
Mentiras en las palmas que escondían las líneas
Colores y sabores que encontraron su rumbo
La sombra de algún roce
Compañía de pocos
El placer de la espera
El dolor de la ausencia.
Ade Viegas L.

juntas


Entrecerré los ojos.
Pude tocar mi sombra.
La palpe suavemente.
Recorté sus formas.
Socavé la apariencia.
Interpele el contorno.
No nos reconocimos.
La incorporé tan de a poco.

Ade Viegas L.

2007, última clase en el taller de los jueves


Este es el taller de CREATIVIDAD Y COLOR, aqui estoy con algunos de mis compañeros y con el maestro; fue mi última clase, todavía sigo extrañando aquellos jueves llenos de colores...

miércoles, 7 de mayo de 2008

Azules de oleo


Por Sebastìan zaiper Barrasa

El autor es Sebastían Barrasa, se lee de un tirón , otra joyita. Que lo disfrutén.


Todos los caminos llevan
… porque los zapatos vienen de a pares, como los huevos por docena o los billetes de a diez. Si esto no hubiese sido así, él no estaría dedicando tanto tiempo en buscar el zapato que le falta para vestirse y salir temprano a trabajar. Claro que antes de calzarse el otro, el que pudo manotear del costado de la cama, se debería despegar de la frazada y abrir por completo los DOS ojos, separar las lagañas, etcétera. Una vez levantado podrá ver que el zapato que le falta está lógicamente bajo su cama. Aunque también podría estar en el armario o detrás de la puerta de la habitación o en la cocina. Esto último no le parece razonable; es decir: debajo de la cama o el armario es posible, pero la cocina… Además, ahora lo sabe, porque con el rabillo del ojo está viendo asomar la punta acharolada del zapato que le falta, desde atrás de la puerta. Se coloca entonces el que había encontrado al pie de la cama, en el pie que corresponde (que en este caso es el derecho) y camina como en saltitos cortos con destino hacia la puerta. No los anuda: aún le falta vestirse el pantalón; pero eso lo hará luego de tomar el desayuno. Así que, en calzoncillos, y con los dos pies bien cubiertos aunque aún desanudados, cruza la galería que da a la cocina y se prepara una suculenta taza de café con leche y tres rodajas y media de pan tostado.Sin embargo, mientras bate el posillo de café instantáneo, revive otra vez su mala suerte; esa especie de conspiración de los objetos, que lo hará fichar otra vez tarde. Porque ahora, justo al lado de la heladera y cómo burlándose de él, ve que efectivamente está el otro zapato. Esto habría sonado bien, si él tuviese tres pies o dos pares de zapatos negros; pero una persona como él jamás se compraría dos pares de zapatos del mismo color. Entonces hay que apagar la pava porque no sabe cuanto tiempo le demandará encontrar el que falta. Piensa en tirarlo a la basura, en guardarlo en el armario. Incluso piensa en dejarlo ahí, al lado de la heladera hasta decidir que hacer con él. Mientras tanto, prefiere sentarse en la banqueta y descalzarse los otros dos. Así descubre, para su mayor disgusto, que ambos son diferentes, pero que a la vez funcionan muy bien como un par.Las incongruencias son sutiles, y sólo un ojo muy avezado podría percibirlas; sin embargo él sabe que no puede ir a trabajar con un par de zapatos que definitivamente son de distinto juego, porque ahora observa, que ostentan talles distintos. Esto le llama aún más la atención: cuando los tuvo puestos no percibió la diferencia; debería haber sentido uno más flojo, o el otro más ajustado. Y la sensación no podría haber pasado desapercibida, porque cuando los pone suela contra suela, ve que difieren en más de dos centímetros y que uno es ligeramente más fucsia. ¿Fucsia?, se pregunta, porque él jamás pudo haber comprado un par de zapatos de color (y mucho menos un zapato solo). Está claro entonces que el zapato fucsia es “el intruso”, y dejando de lado el hecho de cómo fue a parar el zapato ajeno hasta su cuarto y de cómo llegó el suyo, negro con hebilla, hasta la heladera, él los acepta porque tienen que formar un par; ya no hay tiempo: la nata se ha coagulado en una película espesa, las moscas revolotean la mermelada, el reloj de la cocina ha perdido la razón y el segundero, y sin embargo, el zapato que tiene en la mano, el que había descubierto al costado de su cama, no luce hebilla, tiene un taco demasiado alto, y propone una tonalidad delicadamente verde

martes, 6 de mayo de 2008

Inseguridades

Siempre despertando, consumo vaivenes
Sigo recostada, partiendo del claustro
Desenfundo iras, contrato paredes
Inauguro infiernos, consuelo de tontos
Consuelo expropiado, caudales de extraños
Festejos no claros, origino diestras
Lloro en los caudales del plano privado
río en las obscuras rarezas de impropios
sacudo recuerdos, retuerzo compases
no integro lo obvio lo obvio me alberga
y en esta antesala comulgo con todo
todo es de la nada un raudal de esperas.

Ade Viegas L.

Autor: Sebastián Olaso

Es una joyita, a disfrutarlo!!!!!

Amplitudes
Ahora que también mi voz se ha vuelto inconsistente, que mis manos están virando a sepia y a vapor, ahora que las sílabas caen, se quiebran y se matan, que la lluvia viviente no salpica, que los huesos se muestran a través de la carne, y también ahora que todos los gestos se enclavaron en la envidia, en la sorna, en los pozos ciegos y sordos de la música sin cuerdas, ahora que camino de espaldas, de rodillas, de noche, de nieve, de desnudez, de podredumbre y dogmatismo, ahora que duermo de prestado, que respiro de prestado, que miento de prestado, ahora que parezco inmortal porque todos los minutos se me escurren sin pasar por la balanza, que el tiempo no pesa y no deja su huella en el barro inmundo de la ruta, del túnel, de la pista, del campo estéril, del círculo de los cultivos, de la guarida rota, ahora que se han roto lo preciso y lo precioso, que se ha quedado la puerta sin bisagras, el cerebro sin ecuador, el orgullo sin sellos, el pétalo sin flores, las flores sin abeja, la abeja sin panal, el panal sin reina, la reina sin zánganos, los zánganos sin ocio, el ocio sin medida, la medida sin reglas, las reglas sin excepciones, las excepciones sin brillo, el brillo sin espejo, el espejo sin espacio, el espacio sin ruedas, las ruedas sin motor, y ahora que los motores pierden fuego, arena y armonía, que la palabra agoniza con un trazo indescifrable, que la metáfora misma es un campo de batalla sin escudos ni trincheras, ahora entonces grito mi saludo inconsistente, digo adiós al hambre de los perros, adiós a la justicia, su lazarillo y su linterna, a su luz en braille, a sus yemas gastadas, digo adiós a los que piden la uva que me sobra, a las evas soñadoras que me ofrecen su serpiente y su manzana, adiós a los adanes que escupen la nuez, a los oremos, a los venga a nosotros, a los amenes, digo adiós a los descartes y a los borges, adiós a los crueles ideales, a los ideales magníficos y nobles, digo adiós a todo adiós, al estrépito de todo adiós, a sus alaridos, a su premura, a sus tropiezos, adiós, sí, salgan en orden, desalojen la sala, desalójense, exíliense, llámense a silencio, que aquí me quedo yo, al menos por ahora, ahora que el corazón desaprende las normas del latido, ahora que el silencio me sonríe y que el misterio es capaz de apagar el sol con su aplauso entre paréntesis

lunes, 5 de mayo de 2008

sola

En la inmensa cama, lloraba su ausencia En la cama inmensa tocaba su boca, su piel perfumada su engañosa piel! Sus brazos, sus manosy todo su ser. En la cama inmensa tan sola y tan fría,arropada apenas piensa en otros dias...dias de pasión dias de locura...Pasión y locura que buena ecuación!
ade viegas l.

En la Parrilla de La Carcova, algunas cosas están...


Museo Maguncia

Le pregunté al mestro, puedo sacarme una foto con Ud? y el Gran Quinquela accedio.

obra de Jorge Gonzalez Perrin


domingo, 4 de mayo de 2008

dos

La soledad de a dos, es forzada.
No hay líquidos que craquéele
Pero las partes se separan
Dos en soledad es más triste
Que uno sin compañía
La soledad del otro, es sólo eso
¿Para que esperar que nos doblegue
como un bandoneón sin manos que ejecuten?
Soledad de dos es igual a cobardía
A miedos irresueltos
A trampas de lo efímero
A rodar y rodar en la cornisa
Socavar sin gerundios, socavando.

Ade Viegas L.