jueves, 24 de julio de 2008

Zancos de Taiwan

Para acercarse a las nubes, prefirió comprar zancos de porcelana taiwanesa.
Cada vez que intentaba calzarlos, se le rebelaban fiero y se largaban a correr solos por el parque, que se parecía mucho a un parque maltes.
Cansada de marchar tras sus zancos, decidió subirse a uno de los árboles más altos; cuando logró tocar con sus pies la última hoja, de la última rama, del último intento; calló de cabeza sobre el césped encerado. Pensó que lo más conveniente era acercarse las nubes, patinando.

Ade

No hay comentarios: