lunes, 19 de mayo de 2008

humano

Puedo enfocarme en otras latitudes, es esas que duelen que pelean, que suplen las carencias. Puedo mostrarme desnuda ante el mundo que no entendería mi desnudez ni yo su traje anaranjado.
Puedo imaginarme el frío de algunos de los polos, vivirlo en las entrañas, palparlo con los ojos incalculables de la tierra. La remotidad, la lejanía y lo más cerca de lo que pueda llegar, me devuelve la inocencia pero no la calma.
Esculpo palabras en la insignia, para que todos lean y sepan.
Pero no puedo gritar ,sólo susurrar débilmente, el miedo que se expande , la locura de la especie, que busca destructora acabar el átomo con la fuerza del mismo.
Me quedo muda de vergüenza, me visto con ropas viejas y pongo en funcionamiento el andamiaje tratando de zafar, al menos por instantes, de los vientos fríos que congelan los sentidos.
Me niego a ser parte de un todo, todo es demasiado aunque sea una parte.
Imagino el cielo, límpido y al hombre construyendo vida, paso a paso, sin crueldad escapando de su caverna.

Ade Viegas L..

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ade,

Divinas letras, como vos.

Creo que un quiebre a mitad del tramo es muestra de que pintaste tus víceras en el papel..
..a mi me conmovió tu relato.

Mil besos

Marianela
(Cruzagramas)