lunes, 16 de junio de 2008

Decidir

El día que Juan tomo la decisión , se fue. Sólo un bolso , algunas cosas arañadas por ahí, acompañaron su partida. No hubo tiempo de arrepentimientos. Seguro y valiente acelero su prisa. Era una vida la que dejaba, una nueva comenzaba. Los recuerdos taladraban su cabeza. No había espacio para la duda. Siguió con firmeza caminando. Es mejor así, pensó. Sus pasos terminaron en una pensión mugrosa. La tristeza empezaba a pesarle. No mendigaría cariño, no, jamás. Esa noche no durmió. Sus ojos su alma , su rígido equilibrio, le negaron el descanso. Se levantó de un salto, se aseo como pudo en esa podredumbre. Se fue a trabajar. Nadie debía notar el cambio. Nadie lo notó, sólo el y su desolación.
Fueron días difíciles , cruentos. Días de pérdidas. No comía, no dormía, sus ganas se iban agotando. Su corazón cruzaba la melancolía. Adelgazó más de diez kilos. La angustia se le colaba por los huesos. Viejos olores, arrasaban su alma. Estaba por estallar en pedazos irrecuperables. Afinó su templanza. Alimentó su orgullo. Firme. Duro. Desecho?
El día que Juan tomó la decisión, fue decisión tomada.
Ade