martes, 8 de abril de 2008

La luna roja

La luna roja

Surgió así, de apoco. El atardecer se iba y la noche empezaba. Ahí estaba ella. Humildemente roja. Hermosamente roja…
Un árbol la envolvía en sombras, pero ella se elevaba y se mostraba tímidamente en un primer momento, mágicamente después.
Me imaginé sumergida en un mar azul. La observaba y a medida que nos comunicábamos ,podía tomar sus formas, sus colores. Roja.
Mi cuerpo desnudo, mojado encontraba abrigo en el rubor de su cara. No del lado oscuro, si del puro y rojo.
Quedé maravillada ante tanta simpleza, seguí emergida y amanecimos juntas.

Ade Viegas L.

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