jueves, 10 de abril de 2008

Para que no se note...



Para que no se note,
me dejo seducir por tus espaldas,
y si de ellas se trata,
cruzas en solfa
el hueco de mis huesos,
y vuelvo a reclinarme
entre tus piernas
que se abalanzan pidiendo,
arrastradas hasta lo profundo de mi cuello.
Te pierdo y entonces retrocedo,
para poder observarte desde adentro
por fuera todo es fugaz ,
llamando al cabalero,
que dejó de perseguirte
por un día,
pero tranquilo regresa
y te despide,
mientras tanto yo muero
en tus rodillas
y tu sexo me oprime
y me libera,
no pudiendo comprender mi frágil mente
si de loca o de frágil
te desea.
Ade

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