viernes, 7 de noviembre de 2008

La virtualidad al lopa

Y el servidor de Internet anda para el carajo, y te cambian la pagina de inicio de hotmail, y seguís ahí frente a tu computadora y te preguntas ¿ saldrá alguien por el monitor? y es solo una pregunta, porque el monitor sigue en el mismo lugar y sólo es un monitor que transcribe mensajes o paginas de algun programa, que se coló por ahí, y vos esperas que las letras cobren vida, que te hablen , que una mano salga ahora del teclado o del mousse y te acaricie, y no hay caricias, el teclado está gastado y el mousse siempre con esa luz roja como advirtiendo, no seas pelotuda, el no va a salir de tu computadora, esto es solo virtual. Virtual?, y yo que estuve aquí sentada horas eternas y nunca podré acariciar un cpu o como se llame, porque en realidad vos de computación no sabes nada, entonces se te mezcla todo, arrancas el cable del enchufe y salís a dar una vuelta por la esquina.
Ade

5 comentarios:

Sebastián Zaiper Barrasa dijo...

Salís con un cansancio pegajoso del trabajo. En la tele no hay nada interesante. Es muy tarde para un programa de teatro o cine. Él o ella o ellos se transformaron en contestador automático. Hace calor. O hace demasiado frío. Y vos estás aquí en tu monitor y no sabés a quién te vas a encontrar en el “feisbuc” o en el “mesinyer”. O peor aún: estás ahora en el trabajo. Tu jefe te acaba de pedir un informe para hace diez minutos y encima el café está helado e innecesariamente dulce.

Marcela dijo...

Y yo me digo, cada diez minutos, ¿qué hago perdiendo el tiempo? pero me voy, y vuelvo...
Beso.

josé lopez romero dijo...

La compu es un bicho que parece un amigo que nos acerca lo que necesitamos pero es apenas un cacharro con un montón de pelotudeces adentro. Nos trae mensajes y los mandamos a otros y escribimos y lo que quieras pero hasta ahí, es un aparato prescindible que nos condena como en cadenas, mejor salir a mirar la calle, pero...debemos regresar al rato a ver si hay algo en el correo...

Ivanov dijo...

de tan lògica la pc es incomprensible

Navegante dijo...

A veces mi desgaste fue tan grande que ni ganas para ir a la esquina me quedaron.